Hace millones de años, en el planeta había un tipo de criatura arácnida con cola. Un bloque de ámbar cretáceo contenía el espectacular hallazgo, y algo raramente visto antes: una nueva especie de araña con colas móviles más largas que sus propios cuerpos.
Al parecer, las criaturas se encerraron en resina de árbol hace aproximadamente 100 millones de años, durante el Cretácico medio, y el descubrimiento muestra que esta extraordinaria familia de arácnidos podría haber vagado por el planeta durante al menos 280 millones de años.
Los investigadores han llamado a la especie Chimerarachne yingi, y el arácnido comparte muchas características en común con las arañas modernas. Tiene ocho patas, dos pedipalpos masculinos, colmillos e hileras en la parte posterior de su opistosoma. Ocurre que, además, la criatura también tiene una cola flagelada muy larga, una denominada telson, que mide alrededor de 3 milímetros frente a los aproximadamente 2.5 milímetros del cuerpo del arácnido.
Lo cierto es que hay arácnidos modernos con este “extra”: los escorpiones regulares, con su aguijón, o los escorpiones látigo, quienes también tienen una cola larga; pero las arañas no, al menos no hasta ahora. ¿Y para qué utilizaban este miembro? Probablemente para la detección. Según los investigadores:
ualquier tipo de anexo flageliforme tiende a ser como una antena, probablemente para detectar lo que ocurría alrededor. Los animales que tienen una cola larga tienden a tenerla para fines sensoriales. Además, es muy posible que habitó en árboles o cerca de ellos, aunque no sabemos si tejió redes con la cola.
Curiosamente, el hallazgo de este tipo de araña en una pieza de ámbar ha permitido dos líneas de investigación que llegan a una conclusión diferente. Una cree que la Chimerarachne yingi está más cerca de una araña moderna, la Araneae. La otra investigación apuesta por su cercanía con la Uraraneida, “los fósiles exhiben todos los caracteres descritos para la Uraraneida”, explican.
Sea como fuere, lo más probable es que se necesite más investigación para resolver el debate, en cualquier caso, el hallazgo subraya el valor del ámbar cretáceo (en este caso de Myanmar, antes Birmania). Además de la araña recién descubierta, en el pasado los investigadores han dado con piezas que contenían parte de una cola de dinosaurio “emplumado”, y dos alas de una especie de dinosaurio y un pájaro del Cretáceo. [NewAtlas]
Fuente: es.gizmodo.com